Objetividad de Dios & Religión de Subjetividad

“Quien quiera ser objetivo, no amaría lo suficiente”, sugirió Nietzsche a las gentes, alguna vez. Desde entonces, la pseudosabiduría subjetiva de este astuto francomasón se ha infiltrado no sólo en las gentes comunes sino también en las profundidades del cristianismo. No puedo decirte cuántas veces he sido atacado de esta manera por tales “cabezas acertadas”, durante los últimos 47 años. Es decir, siempre que podía encontrar palabras claras sobre cualquier tema; palabras que no podrían interpretarse así, o de otra manera. Esto sucedió tanto al predicar el Evangelio como en la labor de aclaración. Un sermón simplemente no tenía permiso de contener ningún mensaje absoluto, excepta la pretención que hay una damnación infinita para todos los no cristianos; de otro modo sería descalificado en seguida. La homilética también me enseñó a no ser nunca absoluto.